El COVID-19 también afectó el ejercicio
Nicolás Mejía
- agosto 19, 2025
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La pandemia del COVID-19 trajo periodos de encierro y cuarentena en la gran mayoría de países del mundo. Un resultado de los diferentes confinamientos fueron fenómenos que nos mostraron otras facetas de la tierra que habitamos, como estos pájaros que cambiaron la frecuencia de sus cantos por la notable reducción de ruido en las ciudades o la manera rápida en que el ecosistema en las playas se recuperó una vez el turismo cesó.
Así como presenciamos momentos increíbles e inesperados, el encierro causado por la pandemia sirvió para generar microcosmos en los que se pudieron observar y analizar los cambios que tuvieron ciertas dinámicas cotidianas al verse entrar a funcionar y existir en este estado alterado de vida.
Este es el caso del estudio realizado por la investigadora Elena Paula Pichel, quien se propuso analizar los cambios experimentados en el nivel de actividad física aeróbica en un grupo poblacional adulto durante el periodo de confinamiento domiciliario en un barrio central de Madrid, España.
En primer lugar, Pichel aclara la definición de actividad física en la que sustenta su trabajo: “se entiende a la [actividad física] como la base del ejercicio físico y del deporte, que supone una serie de movimientos ejecutados voluntariamente con un fin lúdico, que conlleva un gasto de energía asociado a su práctica.”
Adicionalmente, la investigadora hace un recuento de la importancia que se le ha dado desde instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) a la actividad física, y las recomendaciones que se hacen desde esta entidad sobre la cantidad y la intensidad de la actividad física. Oficialmente, “la OMS recomienda a la población general realizar al menos 150-300 minutos de AF [actividad física] aeróbica de intensidad moderada, o 75-150 min de AF aeróbica de intensidad vigorosa a la semana.”
Es importante resaltar que en España, el debate alrededor de la actividad física tuvo un lugar importante durante el confinamiento, ya que existió el temor de que “la aplicación estricta de las medidas de seguridad podría haber generado, como consecuencia involuntaria, una reducción de la actividad física, dando lugar a un mayor comportamiento sedentario y dificultando cumplir las recomendaciones de actividad física.”
De igual modo, el gobierno español hizo una “promoción central de la actividad física” la cual tuvo un impacto en la manera en que la población adaptó sus hábitos de deporte o ejercicio físico durante el periodo de confinamiento y “contribuyó a la salud física y mental de la población, finalizando con éxito el encierro.” La prohibición de salir de casa contribuyó a una reinvención de las maneras de practicar deporte y actividad física, como los entrenamientos online, por ejemplo.
El instrumento utilizado por Pichel fue una encuesta a través de Google Forms enviada a habitantes de ambos sexos del barrio El Sol, en el centro de Madrid, entre los 20 y 34 años. Se establecieron una serie de variables a considerar que se dividieron en tres categorías. La primera son las variables socio-demográficas como el sexo, la edad, el lugar de residencia durante el periodo de confinamiento, el nivel educativo más alto alcanzado por cada persona y la convivencia con otras personas durante el periodo de encierro.
La segunda categoría es la de variables independientes, que incluye a las variables socio demográficas y adicionalmente, incluye “el efecto de la cuarentena por COVID-19 en la AF [actividad física] aeróbica practicada por la población joven de Madrid, representada por la muestra.”
Finalmente está la categoría de variables dependientes las cuales incluyen la cantidad de actividad física aeróbica que practicaba cada persona antes y durante el confinamiento, las características de dicha actividad física, las barreras que evitaron que se practicara actividad física, así como las motivaciones que impulsaron a hacerlo.
Los resultados revelaron dinámicas ya presentes en la población que se exacerbaron con el confinamiento, en especial con relación al impacto que el género tiene en la cantidad de actividad física. Pichel argumenta que en su investigación “las mujeres adecuadamente activas encontraron más barreras que de costumbre, por lo que se vieron obligadas a interrumpir su práctica deportiva.” Estas barreras están relacionadas con “las tareas de cuidado doméstico e infantil, atribuidas mayoritariamente a mujeres en España” y a que “las mujeres son consideradas de segunda clase en el deporte.”
Por otro lado, el miedo al contagio de COVID, considerado como parte de las variables dependientes, no tuvo un impacto real en la práctica de actividad física. En general, el estudio reveló que hubo un decrecimiento general en la actividad física durante la pandemia, principalmente por la falta de tiempo (7%), de motivación (10,5%) y de infraestructuras deportivas (10,5%).
Finalmente, Pichel resalta que otros estudios revelaron que personas que no acostumbraban a realizar deporte vieron un incremento en su actividad física durante la pandemia, mientras que aquellos que eran activos en la época pre-pandemia, vieron una disminución en su cantidad de actividad física.